El césped artificial ha ganado popularidad por su bajo mantenimiento y apariencia siempre verde, pero también ha generado algunos mitos que es importante aclarar.

A continuación, desmentimos los mitos más comunes y ofrecemos información real para que tomes la mejor decisión.

Mito 1: El césped artificial se calienta demasiado

Es cierto que el césped artificial puede calentarse bajo el sol, pero no más que otras superficies como el pavimento o la madera. Existen, además, soluciones para minimizar este efecto, como regarlo ligeramente durante las horas más calurosas del día. De cualquier forma, sigue siendo una opción segura y cómoda, incluso en climas cálidos.

Mito 2: No dura tanto como el césped natural

El césped artificial está diseñado para resistir el desgaste de los años, con una vida útil que puede superar los 15 años si se le da un mantenimiento adecuado. No requiere fertilizantes, cortes ni productos químicos que podrían desgastar el césped natural. Además, es resistente al sol y al uso intenso, lo que lo convierte en una inversión a largo plazo.

Mito 3: Se ve falso y poco natural

Los avances en la fabricación del césped artificial han permitido que este producto se vea cada vez más natural. Hoy en día, existen variedades de césped artificial con fibras de diferentes tonos y grosores, que imitan la textura y color de la hierba natural. Además, mantiene su aspecto verde y uniforme durante todo el año, sin importar el clima o la estación.

En resumen, el césped artificial no solo es una opción duradera y práctica, sino también estética y resistente. Desmentir estos mitos permite ver con claridad los beneficios que ofrece para jardines, terrazas y espacios públicos.

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